Así empezó la historia

Las chicas de las películas viejitas se enteraban de que estaban embarazadas porque se desmayaban. En las más actuales, se enteran porque vomitan o porque se marean. Hay un capítulo inolvidable de Mad About You en el que a los minutos —horas, quizás— de haber concebido, la mujer ya tiene la constante urgencia de orinar. La mayoría de las mujeres en la vida real se enteran por la ausencia de Andrés (el que viene cada mes). Y hay otras que son tan irregulares que pasan dos o tres meses y siguen sin enterarse de que están fabricando un chamaco. Ya ven ese exitosísimo reality No sabia que estaba embarazada… Increíble.

Yo me supe embarazada bastante pronto. Siendo la reina de la sugestión, sospechaba que estaba en un error. Me mareaba jugando en el piso con una de mis sobrinas. Tenía mucho sueño. Sentía una punzada en el ovario derecho… Hasta que un dia casi me vomito al encender un cigarro. Hmm… muy raro. Llamé a la doctora. Dijo que podían ser muchas cosas. ¿Cuántos días tienes de retraso? “Ninguno”, dije, sintiéndome una tonta. Me pidió que esperara cinco días y, si no había señales de Andrés, fuera a sacarme sangre para confirmar si estaba o no embarazada.

Fui tan desobediente como de costumbre y corrí a la farmacia por una prueba casera de embarazo. Estaba con una de mis mejores amigas, tomábamos un tecito y conversábamos, las dos simulando que no estábamos haciendo tiempo en lo que me daban ganas de hacer pipí. Cuando fue momento la prueba dio positivo de inmediato. La doctora dijo que existen los falsos positivos. Pero yo estaba segura: hay una persona formándose en mi interior.

A los cinco días fui a sacarme sangre y por un piquetito y una módica cantidad a los dos días me confirmaron lo que ya 1st Response había anunciado. ¿Era tiempo de gritarlo al mundo? No. Moría por publicarlo en las redes sociales, avisar a todas mis amigas, mis amigos, mis parientes. Pero en esta primera etapa del embarazo el bebé es como dios: te dicen que está ahí, pero tú no lo ves ni lo sientes… Lo mejor era esperar.

Sólo compartí mi privilegiada información con mi madre y, conforme fue siendo necesario lo anuncié en el trabajo y a algunas de mis amistades. Hoy lo sabe todo el mundo y por eso puede saberlo usted, querido lector. Créame, habría preferido decirlo primero en este medio, pero por todas las cuestiones bien sabidas lo mejor era la discreción.

Ahora ni mi apariencia ni mis ganas me permiten ocultar mi embarazo. Lo saben todos los que tenían que haberse enterado por mi boca. Quienes serán tías ya están en ello. Quienes serán tíos, saltan de contentos. Quien será abuela, brinca en una pata. Quien será mamá se siente —citando al argentino— como perro con dos colas.

Los achaques dignos de mi estado se han puesto chidos, pero de eso hablaremos en otro post.

4 pensamientos en “Así empezó la historia

  1. Monica Ph (@unys06) 21 agosto 2013 en 14:15 Reply

    ¡Qué bonito! 🙂

    • sabina braz 21 agosto 2013 en 14:56 Reply

      Gracias, Mónica! Abrazo.

  2. vvg 29 agosto 2013 en 02:30 Reply

    Felicidades!

    • sabina braz 3 septiembre 2013 en 15:16 Reply

      Gracias, linda.

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