Cumpleaños 33

Tengo una buena amiga muy querida que cumple años diez días antes que yo. Así que hace diez días estábamos hablando de esto de cumplir años. Comentábamos que de pronto no está tan padre ver que la poquita arena en el reloj se va moviendo a gran velocidad hacia abajo. Nos obliga, necesariamente a preguntarnos cuánta arenita queda arriba y cómo la podemos aprovechar mejor.

Pero eso no quita que sea una cosa muy linda despertar un día del año, determinado por vaya usted a saber qué misterios de la naturaleza —soy ochomesina, lo cual hace mi fecha un poco más aleatoria—, y empezar a recibir abrazos escritos, abrazos telefónicos, abrazos físicos. Llega el amor como un bombardeo y es chingón darse cuenta que tanta gente se acuerda (o tiene Facebook para que le recuerde) y se toma el tiempo para mandar abrazos y besos, buenos deseos y felicidad.

Es chingón recibir regalos y más chingón que sean bonitos. Es chingón hacer planes para comer con el querido y que las amigas se encelen. Es chingón poder estirar las celebraciones para que las amigas también te inviten a comer. Es lindísimo tener una familia que te llama o te escribe desde puntos distantes del planeta para decirte cosas buenas.

Hoy es mi cumpleaños y, francamente, estoy feliz. Cierro un ciclo y abro uno nuevo. El sol volvió al sitio donde se encontraba cuando nací y esto me llena de energía para enfrentar lo que viene. El año pasado esperaba mi primera cana y no llegó. Expectativas no satisfechas… Pero hay muchas otras cosas que sí pasaron, objetivos cumplidos y pedacitos de sueños realizados. Este año no hay ningún motivo para la tristeza. Tengo una casa y un empleo. Tengo un par de gatos pachones y amorosos. Tengo un novio generoso. Tengo a mis amigas, a mis padres y a mis hermanas. Tengo salud y tengo mucha más calma.

Es día de gracias. Yo no soy gringa, ni padre peregrino, no soy indio de Norte América, no sé hacer pecan pie y no me gusta el pavo. Pero sí quiero aprovechar la coincidencia calendárica. Me siento profundamente agradecida por la gente que he encontrado en mi vida, por las oportunidades que me han sido dadas y por todo lo aprendido.

Ya supe que el rey David es súper choro y a todo el mundo le anda diciendo que todas las flores nacieron el día en que cada uno nació. No me parece gracioso, pero no me hace sentir menos especial. Estoy ansiosa por ver cómo son los 33. Estoy contenta de saber que la gente que me ha acompañado parte del camino sigue conmigo. Estoy contenta de los pasos que voy dando hacia la calma. Me parece magnífico ser un año menos burra, aunque no se me quita lo soñadora. Sigo creyendo en “y vivieron felices para siempre”, en que voy a titularme, en que este país encontrará la paz… Así que, si me ven distraída hoy, es justo: ¡estoy pidiendo cuidadosos 33 deseos por cada vela!