Archivos diarios: 7 septiembre 2011

O más pena, o más gloria


Ayer cumplí un año en este empleo. Oficialmente, ayer fue el aniversario del primer día del resto de mi vida. Ayer hace un año me caí a la mitad de la calle porque me metí el pie yo sola. Y hoy me doy cuenta que llevaba la misma combinación de ropa ayer que hace un año, no las mismas prendas porque el clima no fue igual. Ayer hace un año que empecé el camino hacia la independencia de una relación que no me estaba dejando nada bueno. Ayer empecé el camino hacia la total separación de un alguien del que he pasado más tiempo separada que pegada. Ayer fue un aniversario importante para mí y lo pasé sin pena ni gloria por estar pensando en otra cosa. Era un día de gloria y lo único en lo que pude pensar es en quién me bloqueó en gtalk, quién me sacó de su vida, quién me plantó, quién no quiso celebrar algo importante de su vida conmigo, quién dejó de querer compartir hace tiempo mis adquisiciones, mis cambios, mis fortunas.

Ayer le pregunté al I Ching sobre el futuro y confieso que ahora sí no le entendí nada. Creo que está tan confundido como yo. Creo que el I Ching, por más sabio que sea, no ha sabido decir si debo cruzar el gran río o no. Tampoco él ha podido decidir si soy el gran hombre o el gran hombre es mi adversario. Tampoco él ha podido decidir si estoy lista para el cambio o no. Tampoco ha podido decirme si vale más la pena la paciencia o dar un salto. Tampoco me dijo si estoy bien aquí, en mi empleo de aniversario, o si me muevo. No supo decirme si lo importante ya pasó. I Ching, el gran sabio, no me respondió. Tal vez supone que la respuesta la tengo yo. Que las listas que he hecho en ocasiones anteriores serán las que me saquen del apuro. Pros y contras de mi empelo vs el que me ofrecieron. Pros y contras de apurarme a hacer lo que no hice en un año. Pros y contras de olvidarme de buscar apoyo donde sólo hay rechazo. Pros y contras de jugar la carta de la dignidad. Pros y contras de celebrar mis aniversarios sola. Pros y contras de vivir mi vida bajo la premisa de que todo lo demás (y todos los demás) va y viene, que la gente y los empleos entran y salen y llegan y desaparecen, pero yo tengo que seguir en una línea recta, sin desviaciones, sin detenerme a esperar al que se va quedando, sin detenerme en largas despedidas, sin detenerme a pasar lutos y plantar un árbol por cada muerto en mi camino.

Ayer fue mi aniversario alegre y lo pasé llorando. Ayer el I Ching no supo responderme, probablemente porque la verdadera pregunta en mi corazón no era la que formulé. Ayer empecé a disfrutar de mi vida como es realmente. Ayer me sacudí las etiquetas, los juicios y las preocupaciones. Ayer vi de qué color son mis amigas. Y entendí que el siguiente 6 de septiembre tendré que evaluar mi crecimiento, mis avances y mis demoras a partir de todo lo que pasó ayer.

Da miedo que el I Ching no pueda decirme qué hago para estar mejor el año entrante. Da miedo no poder adivinar el futuro, ni siquiera comprender el presente. Da miedo tener esta capacidad tan absoluta de perder el tiempo en tonterías, de no regocijarme en lo bueno que he tenido, de llorar porque un perrito cojo y amarillo no quiso ser mi amigo. Es como vivir en el limbo, en una sopa tibia, en un día neutro, en un castigo a medias y una celebración a solas.

Tengo una amiga que repite con frecuencia que ya quiere que pase algo. La onda es tal vez fijarnos en lo que sí está pasando. Es aburrido gastar el tiempo como lo he gastado. No me gusta esta sensación sin futuro. Definitivamente necesito o más pena, o más gloria…