El árbol navideño ecológico

Muchas de las personas con quienes he platicado en estos días concuerdan en una cosa: poner el árbol es emocionante y divertido, quitarlo es sólo labor de quien quiere volver a ver su casa en orden —generalmente, las mamás—. Luego por ahí del 8 o 9 de enero las banquetas se llenan de pinos secos que luego, a bordo del camión de la basura, harán un viaje directo al Bordo de Xochiaca o lugar por el estilo.

Entiendo que no somos fans del arbolito de plástico. Si acaso, en la oficina. Pero la casa quiere ser elegante, oler a pino frondoso y que todos los visitantes la elogien. ¿Y quién soy yo para criticar el pinito natural con base de madera? Si ya les conté que de niños nos llevaban a Amecameca a cortar el arbolito en procesión de primos y vecinos…Pero también es cierto que de niños la conciencia ecológica depende de nuestros padres y de nuestros maestros; y los míos no tenían de eso. No se usaba.

Cuando estaba en la prepa, una de mis amigas empezó a promover que las familias compraran pinitos en maceta. Podrían cuidarlo todo el año y en decorarlo en diciembre. Si lo hacían bien, cada año tendrían un árbol de navidad más grande y lucidor. Hoy en día existen asociaciones como Siempre Verde que promueven la renta de pinos. La verdad es que hacen la vida más fácil para quienes desean poner un arbolito de navidad en su casa y para los arbolitos. Sacan el árbol de la tierra con sumo cuidado, lo colocan en una maceta y lo llevan hasta tu casa. Cuando terminan las fiestas decembrinas, van por el árbol hasta tu casa y lo devuelven a un bosque protegido. Tu chamba se limita decorarlo y quitarle las decoraciones. Suena bien, no?

Otra opción es decorar un árbol o planta que ya esté en casa. Sé que parte del chiste es que sea un pino, para tener la ilusión completa de que vendrá el viejo gordo vestido de rojo con unos renos y que tendremos una blanca navidad a pesar de que vivimos en una ciudad donde simplemente no va a nevar. Si tenemos la maravillosa capacidad de tropicalizarlo todo, ¿por qué no nos animamos a tropicalizar el árbol de navidad? En casa de mi madre hay una palmita y esa es la planta que se decora. Puros adornos livianitos, porque las hojas no son especialmente resistentes, pero manda el mensaje.

No cuestionaré los motivos que cada uno tenga para poner un árbol de navidad en su casa. Yo no pongo por mi adormecido espíritu navideño, porque no recibo visitas y porque soy una flojaza. Pero si hubiera una persona chiquita en mi vida, decoraría, por la ilusión que les hace a los chamacos, porque hay que evitar contagiar la amargura propia a los hijos ajenos, porque en una de esas Santa Clós se confunde y me deja algo ahí muy bien acomodado.

Sé que por mucho que lo intente no voy a lograr que reutilicen bolsas y papeles en los que recibieron regalos durante este año. Sé que quien decora su casa de acuerdo con la fiesta de la época lo seguirá haciendo. Sé que quien es consumista lo será para siempre. Y sé que, como ya dije, todos tenemos la creencia de que dejar de contaminar es misión de todos los demás. Pero no pierdo nada con sugerir que el arbolito este año se conserve en una maceta y que se procure que, pino o no, viva el resto del año, y que el próximo diciembre vuelva la alegría de las fiestas en color verde para todos.

Si se animan la página de los pinitos vivos es http://siempreverde.mx y su tuiter es @SiempreVerdeMX. ¡Anímese! Que averiguar no cuesta nada.

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